Software capaz de interpretar los movimientos corporales de una persona y completarlos si es necesario.
Un sistema de inteligencia artificial en el automóvil utilizaría el algoritmo para mantener su trayectoria lo más acorde posible con lo que el conductor quería.
Un ordenador puede estar equipado con sensores extra que no posee un humano, y procesar información en un tiempo más corto que el requerido por un humano para reaccionar. Si el coche puede suponer hacia dónde quiere ir la persona, puede conducir hacia allí por sí mismo. Pero debe conocer qué movimientos del volante representan la intención de la persona ante circunstancias reales, y cuáles son respuestas ante un entorno que ya ha cambiado.
¿Qué pasaría si un programa pudiera devolver un coche a la calzada si el conductor se saliese de la pista por error? ¿O guiar a una prótesis para ayudar a un tembloroso paciente de un derrame cerebral a levantar suavemente una taza? LEER MAS
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