Ser madre es tener el corazón fuera del cuerpo
Aunque nos cueste, es importante que permitamos a nuestros hijos tomar sus propias decisiones y equivocarse, ya que deben basarse en sus propias experiencias para aprender y crecer.
Ser madre es una elección personal que cada mujer puede tomar cuando cree que es el momento. No importa que seas joven, o que te encuentres en ese momento de equilibrio personal y profesional donde, por fin, te dices a ti misma y a tu pareja que deseas dar el paso.
Ser madre te cambia la vida. Se establece otro orden de prioridades, el mundo se observa desde otra perspectiva e incluso varía también el modo en que te ves a ti misma. Nada puede ser tan grande y, aunque eres muy consciente de tu responsabilidad, es algo que vives con emoción y plenitud.
En ocasiones, muchos expertos nos señalan que el momento del parto supone toda una explosión hormonal capaz de crear un vínculo muy intenso con ese niño que acaba de venir.
Tus hijos siempre formarán parte de ti, pero los alentarás para que sean buenos habitantes de este mundo. Y, para ello, no dudarás en favorecer su unión con cada aspecto de su día a día, porque sabes que la sobreprotección no es adecuada.
Los niños deben ser capaces de aprender a sentirse útiles, a ver que son capaces de hacer cosas por sí mismos, y que la vida, en ocasiones, también requiere de esfuerzo y dedicación.
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